Granada. Siglo XVIII. Juan de Flores, prebendado de la catedral y aficionado coleccionista, descubre el foro de Iliberri (la Granada romana) en el corazón del Albayzín. Lo que podía haber sido un hecho meritorio para la historia de la ciudad se transforma por distintas causas en el más detestable de los hallazgos arqueológicos granadinos. Movido por ansias de notoriedad, comenzará a falsificar piezas y documentos. El juicio en el que se vio inmerso fue un suceso único en Granada.